Pasaje clave:
Pero Josías no se retiró ni atendió a las palabras de Necao, que eran de parte de Dios, sino que se disfrazó para presentarle batalla, y se enfrentó a él en el campo de Meguido. Y como los arqueros disparaban sus flechas contra el rey Josías, este les dijo a sus siervos: «Sáquenme de aquí, que estoy gravemente herido.» (2 Crónicas 35:22, 23).
Resumen:
Un salmista recuerda de forma poética los portentos divinos para sacarlos a ellos de Egipto, y luego el Señor habla al pueblo por medio de Jeremías, para llamarlos a honrar y a poner por obra las palabras del pacto que Él hizo con ellos, algo que ellos han rehusado hacer desde el día que salieron de Egipto, siguiendo su malvado corazón y exponiéndose a que recaigan sobre ellos las maldiciones que contempla el pacto si lo invalidan, de modo que ni aun si Jeremías ruega por ellos, se evitará que Él decrete una calamidad por causa de las maldades cometidas, y luego Jeremías anuncia la destrucción de los filisteos por parte de los egipcios, y en efecto el rey Necao de Egipto presenta batalla, y Josías rey de Judá comete el error de repelerlo, y es herido de muerte en la batalla, y Jeremías compone un lamento fúnebre en memoria del rey, y el pueblo pone a Joacáz hijo de Josías como rey, pero solo reina tres meses porque el rey de Egipto lo quita, y les impone como rey a Eliaquín, hermano de Joacaz, y a quien le da el nombre de Joacín, y se lleva cautivo a Joacaz, y Joacín hace lo malo a los ojos del Señor, y Jeremías llama a hacer llanto por Joacaz que fue llevado cautivo.
Lección:
Según “El arte de la guerra”, uno debe escoger muy sabiamente sus batallas, y como veremos en la lectura de hoy, el rey Josías no fue un buen ejemplo a seguir.