Día 001 / Juan 1:1-5, Génesis 1, Génesis 2:4-25, Génesis 2:1-3, Isaías 14:12-14, Ezequiel 28:11-15, Génesis 3

 Pasaje clave:

“… porque lo invisible de Dios, es decir, su eterno poder y su naturaleza divina, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, y pueden comprenderse por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa” (Romanos 1:20).

Resumen:

Fue por medio de Su Palabra que Dios hizo que el universo llegara a existir y en la semana de la creación Dios separa la luz de las tinieblas, las aguas de arriba de las aguas de abajo y los continentes de los mares, y también crea las condiciones perfectas para la vida animal y humana, poniendo a Adán y a Eva, los primeros seres humanos, en el paraíso que es el huerto del Edén, mientras tanto, Lucifer, el ángel guardián del trono de Dios es degradado porque quiere ser como el Altísimo, pero se le permite vagar por los cielos y la tierra, y se hace presente en el huerto del Edén, donde engaña a Eva y luego a Adán, causando una ruptura entre los seres humanos y Dios, quien los echa de Su presencia, y anuncia a un descendiente de la mujer quien vendrá como Aquel que deshará la obra de Lucifer.

Lección:

La naturaleza de Dios incluye su condición de Ser Creador capaz de hacer existir de la nada las cosas que no existen con solo llamarlas por su nombre, sin embargo, al ser humano lo creó a partir del polvo de la tierra que ya existía, porque era una creación especial para hacerlos a Su imagen y semejanza dándoles voluntad propia y así poder tener con ellos una relación, la cual Él rompió posteriormente, por querer ser ellos, y no Dios, quienes determinarían el Bien y el Mal para sí mismos, siendo esto obra del Maligno, a quien Dios también ya había echado de Su presencia.