miércoles, 3 de agosto de 2022

Día 215 / Salmos 114, Jeremías 11:1-17, Jeremías 47, 2 Crónicas 35:20-27, 2 Crónicas 36:1-5, Jeremías 22:10-12, 2 Reyes 23:28-33

Pasaje clave:

Pero Josías no se retiró ni atendió a las palabras de Necao, que eran de parte de Dios, sino que se disfrazó para presentarle batalla, y se enfrentó a él en el campo de Meguido. Y como los arqueros disparaban sus flechas contra el rey Josías, este les dijo a sus siervos: «Sáquenme de aquí, que estoy gravemente herido.» (2 Crónicas 35:22, 23).

Resumen:

Un salmista recuerda de forma poética los portentos divinos para sacarlos a ellos de Egipto, y luego el Señor habla al pueblo por medio de Jeremías, para llamarlos a honrar y a poner por obra las palabras del pacto que Él hizo con ellos, algo que ellos han rehusado hacer desde el día que salieron de Egipto, siguiendo su malvado corazón y exponiéndose a que recaigan sobre ellos las maldiciones que contempla el pacto si lo invalidan, de modo que ni aun si Jeremías ruega por ellos, se evitará que Él decrete una calamidad por causa de las maldades cometidas, y luego Jeremías anuncia la destrucción de los filisteos por parte de los egipcios, y en efecto el rey Necao de Egipto presenta batalla, y Josías rey de Judá comete el error de repelerlo, y es herido de muerte en la batalla, y Jeremías compone un lamento fúnebre en memoria del rey, y el pueblo pone a Joacáz hijo de Josías como rey, pero solo reina tres meses porque el rey de Egipto lo quita, y les impone como rey a Eliaquín, hermano de Joacaz, y a quien le da el nombre de Joacín, y se lleva cautivo a Joacaz, y Joacín hace lo malo a los ojos del Señor, y Jeremías llama a hacer llanto por Joacaz que fue llevado cautivo.

Lección:

Según “El arte de la guerra”, uno debe escoger muy sabiamente sus batallas, y como veremos en la lectura de hoy, el rey Josías no fue un buen ejemplo a seguir.


martes, 2 de agosto de 2022

Día 214 / 2 Reyes 22:3-20, 2 Reyes 23:1-20, 2 Crónicas 34:8-33, 2 Crónicas 35:1-19, 2 Reyes 23:21-27

Pasaje clave:

Pero digan de mi parte al rey de Judá, que los ha enviado a consultarme, que yo, el Señor y Dios de Israel, he dicho: ‘Puesto que prestaste atención a las palabras del libro acerca de este lugar y de sus habitantes, y al oírlas te conmoviste de corazón y te humillaste delante de mí, y te rasgaste las vestiduras y lloraste en mi presencia, yo también te he oído.’—Palabra del Señor (2 Crónicas 34:26, 27).

Resumen:

El rey Josías ordena al escriba Safán dirigirse al sacerdote Hilcías, para gestionar la reparación del templo del Señor, y el sacerdote, que ha hallado el libro de la ley, se lo envía al rey, quien al escuchar su contenido, descubre por qué la ira del Señor se ha encendido contra ellos, y ordena al sacerdote consultar al Señor por medio de la profetisa Julda, y la respuesta es que mientras el rey viva, él no verá el mal que el Señor va a traer sobre ellos, como una gracia del Señor por haberse conmovido al escuchar las palabras del libro, y luego el rey reúne a todos los líderes y al pueblo y lee en voz alta todas las palabras del libro, y hacen un pacto de seguir siempre y de todo corazón las palabras escritas en el libro, y luego el rey manda quemar todos los utensilios que se habían hecho para dioses paganos, y quita a los sacerdotes de estos, y también manda derribar los aposentos de prostitución idolátrica que se habían instalado dentro del templo, y sacrifica sobre los altares paganos a los sacerdotes de los santuarios que había en los montes, y más adelante Josías celebra la pascual del Señor en Jerusalén y confirma a los sacerdotes en el ministerio del templo del Señor, y él y sus príncipes dan decenas de miles de ovejas, corderos, cabritos y bueyes para la pascua, y los sacerdotes se organizan para ofrecer al Señor lo que está escrito en el libro de Moisés, y esta es una pascua que no tiene precedente desde los días del profeta Samuel.

Lección:

Para ser oídos por el Señor, es imperativo oírlo a Él primero, y esto tiene mucho sentido, porque antes de hablar, es mejor callar y prestar mucha atención.

 

lunes, 1 de agosto de 2022

Día 213 / Sofonías 1, Sofonías 2, Sofonías 3

Pasaje clave:

Cuando llegue el momento, devolveré a los pueblos la pureza de labios, para que todos invoquen mi nombre y me sirvan con espíritu unánime (Sofonías 3:9).

Resumen:

Sofonías anuncia que el Señor destruirá todo lo que hay sobre la faz de la tierra, y que extenderá Su mano contra Judá, y borrará los restos de idolatría, y acabará con los que se apartan de Sus caminos, y Sofonías también llama a guardar silencio en presencia del Señor, porque está cerca Su día, cuando castigará a los oligarcas, a la realeza y a todos los que practican robo y engaño, y a los que creen que el Señor no hace bien ni mal, y será día terriblemente malo, y nada podrá librarlos, y la destrucción afectará a las naciones de los alrededores, a Asiria, que vivía confiada, y habrá un remanente del Señor que saqueará a Moab, por engrandecerse en contra del pueblo del Señor, y luego Sofonías se lamenta de lo que ocurrirá a Jerusalén, debido a la perversión de sus magnates, profetas y sacerdotes, además, ninguna de las naciones aceptó ser corregida, de modo que se levantará para juzgarlas y derramar sobre ellas todo Su enojo y el ardor de su ira, para que más adelante venga Su pueblo esparcido a quienes habrá devuelto la pureza de labios para invocarlo y servirle con espíritu unánime, un pueblo humilde que confiará en Su nombre, un remanente que no cometerá injusticias ni dirá mentiras, a quienes el Señor cuidará como un pastor, y será el Rey de Israel que estará en medio de ellos, que guardará silencio y se regocijará con cánticos por ellos, y cuando llegue el momento perseguirá a todos los opresores de ellos, los salvará y los hará gozar de renombre en toda la tierra, cuando Él mismo ponga fin al cautiverio de ellos.

Lección:

Quienes digan que para andar con el Señor hay que ser persona muy limpia y pura, ¡pues tienen toda la razón! Y es precisamente por esta razón que Él mismo lleva a cabo tal pureza perfecta por medio del sacrificio del Cordero que es su propio Hijo.


domingo, 31 de julio de 2022

Día 212 / Jeremías 15:10-21, Jeremías 16, Jeremías 17

Pasaje clave:

El corazón es engañoso y perverso, más que todas las cosas. ¿Quién puede decir que lo conoce? «Lo conozco yo, el Señor, que escudriño la mente y pongo a prueba el corazón; que pago a cada uno según su conducta y según el resultado de sus obras» (Jeremías 17:9, 10).

Resumen:

Jeremías pide al Señor librarlo del maltrato que recibe de sus enemigos, y la respuesta es que se vuelva al Señor para ser restaurado, y así sea como la boca del Señor, para que ellos se conviertan a él, y no él a ellos, y le manda no tener mujer ni hijos en ese lugar, pues todos morirán de dolorosas enfermedades, y sus cadáveres serán comidos por animales carnívoros, y también, que no vaya a casa de fiesta porque toda voz de alegría será acallada, y cuando ellos le pregunten por qué tan grande mal, responderá porque hicieron peor que sus padres, siguiendo los dictados de su malvado corazón, y que serán lanzados a un país desconocido, de donde los sacará más adelante, y lo glorificarán, ya no por sacarlos de Egipto, sino por sacarlos del país del norte, y mientras tanto les dará doble castigo para que sepan que Él es el Señor, pues el pecado de ellos está grabado con cincel de hierro en su corazón, que es engañoso y perverso, en el cual es maldición confiar, y el Señor es el único en quien se puede confiar, pues Él es quien pone a prueba el corazón humano, y luego Jeremías hace ver la vergüenza que pasan todos los que abandonan al Señor, y ruega al Señor que lo salve y que no lo haga pasar vergüenza delante de ellos, y el Señor encarga a Jeremías reprenderlos por irrespetar el día de reposo.

Lección:

Contrario al pensamiento de los creen que es bueno seguir los dictados de su corazón, al Espíritu le parece muy mala idea, porque denuncia a este como engañoso y perverso.


sábado, 30 de julio de 2022

Día 211 / Jeremías 6, Jeremías 14, Jeremías 15:1-9

Pasaje clave:

Por lo tanto, así ha dicho el Señor: «En cuanto a los profetas que hablan en mi nombre, y que dicen que no habrá espada ni hambre en esta tierra, aclaro que yo no los envié a profetizar, y que con espada y con hambre serán consumidos. El pueblo al cual le profetizan será lanzado a las calles de Jerusalén a punta de espada y por causa del hambre. No habrá quien los entierre a ellos, ni a sus mujeres, ni a sus hijos e hijas. Sobre ellos derramaré su propia maldad (Jeremías 14:15, 16).

Resumen:

Jeremías manda a los descendientes de Benjamín salir de Jerusalén porque el Señor enviará ejércitos para destruirla, por estar llena de maldad, y aunque les ha rogado corregirse, no aman la palabra del Señor, hablan de una falsa paz, siguen sus pensamientos, aborrecen la enseñanza del Señor y la adoración es inaceptable, por lo tanto les hará caer, y la fiereza del enemigo que viene debería espantarlos y llevarlos a buscar refugio, y la misión del profeta es ponerlos a prueba, para comprobar que son “plata desechada”, y después de esto, Jeremías describe la visión de una grave sequía que resquebraja la tierra, y aunque Jeremías clama al Señor, este responde que ellos no son de Su agrado, que los exterminará, y aunque explica que profetas anteriores anunciaron que ellos no iban a enfrentar espada, responde que son falsos profetas, y le manda expresar dolor por el gran quebrantamiento que sufrirá el pueblo, y aunque el pueblo clama desconcertado por el anuncio de inminente destrucción, y reconocen su iniquidad, y le recuerdan el pacto que Él hizo con ellos, responde que ni aun si Moisés y Samuel rogaran por ellos, será Él movido a compasión, y les manda irse de Su presencia, a morir de la forma que ya se ha determinado para ellos, y en la visión de Jeremías, el Señor les ha lanzado un destructor que ha dejado a la ciudad avergonzada y llena de confusión.

Lección:

Quien no predica la verdad es un peligro para los oyentes, especialmente para aquellos que no escudriñan por cuenta propia las Escrituras.

viernes, 29 de julio de 2022

Día 210 / Jeremías 3:6-25, Jeremías 4, Jeremías 5

Pasaje clave:

¿No van a tener temor de mí? ¿No van a temblar en mi presencia? ¿Ante mí, que con arena le puse límites al mar? Esta es una ley permanente, que no se puede quebrantar. Aunque se levanten tempestades, no podrán rebasar esos límites; aunque bramen las olas, no pasarán de allí.” —Palabra del Señor (Jeremías 5:22).

Resumen:

El Señor se queja de que Judá adulteró con ídolos, del mismo modo que Israel, y envía a Jeremías a esta última para que reconozca su rebeldía y se vuelva al Señor, y les hace promesas si obedecen, pero duda de que pueda llamarlos hijos Suyos, pues han pecado como la esposa infiel que abandona a su compañero, y ellos reconocen su culpa, y la profecía se dirige ahora a Judá, a quienes manda purificarse quitando lo pagano de su corazón, y les anuncia gran calamidad y destrucción, y que deben llorar y lamentarse, y a Jeremías le alarma la visión de un enemigo formidable, y manda a Jerusalén limpiar su corazón de la maldad para salir bien librada, y expresa dolor por la devastación que ya se está gestando y que desordena la tierra, oscurece los cielos y hace temblar los montes, y Jeremías mira a las ciudades siendo abandonadas y a la hija de Sion lamentándose como parturienta, y el Señor trata de encontrar una razón para no ejecutar Sus juicios, pero no la encuentra, y describe la infidelidad de ellos como la de hombres que pasan el tiempo en casa de prostitutas, y denuncia a los falsos profetas, y anuncia la llegada de guerreros invencibles que reducirán a nada las ciudades, pero les promete que no los destruirá por completo, y una vez más apela a la razón para que consideren volver a tener temor de Él, pero son demasiadas las razones que justifican Su decisión de castigarlos.

Lección:

Las razones para tener temor del Señor tienen que ver con Su infinito poder, que se muestra en Su capacidad ya sea para desencadenar o para poner límites a las más destructoras fuerzas de la naturaleza.


jueves, 28 de julio de 2022

Día 209 / Jeremías 1, Jeremías 2, Jeremías 3:1-5

Pasaje clave:

Son dos los males en que ha incurrido mi pueblo: Me han dejado a mí, que soy fuente de agua viva, y han cavado sus propias cisternas, ¡tan agrietadas que no retienen el agua! (Jeremías 2:13).

Resumen:

El Señor llama a Jeremías en el 629 a. C., y es profeta durante los reinados consecutivos de Josías, Joacín y Sedequías, y lo primero que anuncia es que ejércitos del norte que plantarán su campamento contra todas las ciudades de Judá como castigo por haber dejado al Señor y haber quemado incienso a dioses extraños, y el Señor reta a Jeremías a decir la verdad sin temor alguno a los reyes de Judá, porque si no lo hace, delante de ellos lo quebrantará, y la profecía de Jeremías continúa con una memoria de la fidelidad y el amor iniciales de Israel, y con una expresión de desconcierto del Señor por el alejamiento y la rebeldía de ellos, algo que ni los pueblos de alrededor han hecho con sus dioses falsos, y también les señala las consecuencias de amargura y dolor resultantes de esa rebeldía, al haber buscado llenar sus necesidades en fuentes tan vanas como Egipto y Asiria, y el desconcierto continúa porque el pueblo no reconoce su infidelidad, y usa la metáfora de dromedarias y asnas en celo para hacerles ver su desvergonzada lujuria, y por volverse a Él solo cuando están en problemas, y el castigo ha sido en vano, pues han matado a los profetas, y se han olvidado de Él, y se han negado a declarar su pecado, y les advierte que de Egipto van a salir avergonzados del mismo modo como salieron de Asiria, como sale la mujer que ha cohabitado con otro hombre que no es su marido, contaminando así la tierra, y habiendo actuado como una ramera.

Lección:

Toda persona que se aleja del Señor, de algún otro modo tiene que llenar el vacío que le genera Su ausencia, y es un modo que por lo general le produce autodestrucción y dolor.


Día 215 / Salmos 114, Jeremías 11:1-17, Jeremías 47, 2 Crónicas 35:20-27, 2 Crónicas 36:1-5, Jeremías 22:10-12, 2 Reyes 23:28-33

Pasaje clave: Pero Josías no se retiró ni atendió a las palabras de Necao, que eran de parte de Dios, sino que se disfrazó para presentarle ...