Pasaje clave:
Por eso aborrecí la vida, porque lo que se hace bajo el sol me resultaba chocante, pues todo es vanidad y aflicción de espíritu. Aborrecí también el haber trabajado tanto bajo el sol, pues todo lo que hice tendré que dejárselo a otro que vendrá después de mí. ¿Y cómo saber si será sabio o necio el que se quedará con todos mis trabajos y afanes, a los que tanto trabajo y sabiduría dediqué bajo el sol? ¡También esto es vanidad! (Eclesiastés 2:17-19).
Resumen:
Salomón se entrega de
corazón a investigar y a estudiar minuciosamente toda actividad humana y llega
a la conclusión de que nada en la vida tiene sentido, que todo es vanidad, y relata
una serie de experiencias propias como disfrutar de diversos placeres, hacer
grandes obras, acumular ricos tesoros, halagar sus oídos con música y sus ojos
con espectáculos, y descubre que todas ellas son vanidad y aflicción de espíritu,
que ni siquiera ser el más sabio de los hombres le sirve de algo, y considera
que todo lo que se hace en la vida tiene su contraparte, que así como se nace,
también se muere, que así como se construye, también se destruye, y así por el
estilo, pues ningún provecho hay en los logros humanos, porque ninguno de ellos
es duradero, a diferencia de lo que hace Dios, que es eterno e inmutable, y por
ello se le guarda reverencia, y también Salomón considera que lo que Dios ha
hecho es tratar de hacer comprender a los humanos que ellos son tan mortales
como las bestias, y que duda de que alguno sepa si su espíritu se eleva a las
alturas, y también le parece que, debido a tanta injusticia y desigualdad en la
vida, los que ya han muerto y los que aún no han nacido son más felices que los
que viven, y otra observación que hace Salomón es que dos son mejores que uno,
pues se reparten las cargas y aumentan los beneficios, y aún otra observación
es que cuando un gobernante se vuelve viejo y necio, todo el mundo lo aborrece
y se entusiasma cuando es sustituido por uno joven y sabio, a quien también aborrecerán
cuando se vuelva viejo y necio.